Entradas

PREMONICIÓN

Imagen
No sé si es un juego del azar,  cosa del destino o de querer escribirlo. Tan solo necesito que: Me mires a los ojos,  cuando arranques sueños a los posos del café. Me leas las palmas de mis manos,  antes de que otros anuncien mi partida. Necesito que  me hipnotices cuando tus ojos me enseñen que el mundo es de papel. Y que nuestras vidas son más frágiles que tu bola negra de cristal.   ¡Dime! ¿Por qué tus palabras no tienen dueño que las quiera entender? Quiero  que me profetices aun sabiendo que tus cartas  pueden equivocarse.  Que me descifres en qué momento  debo plantarle  cara a la suerte, con el número premiado o con historias por enmudecer.  Quiero que me adivines el pensamiento cuando deje de creer en mitos. Que me hechices cuando me vayas a envenenar  los brindis con tus maldiciones.  Pero antes de pagarte: Predíceme cuándo crees que bajo mi manga  se encuentra el as de trébol. Revélame,  el futuro, aun sabiendo, que tus trucos,  son baratos.  

EL CUENTO Y LA VERSIÓN

Imagen
¡Hey! ¡Amigo/a! Acuérdate de girar en la segunda estrella a la derecha, volando hasta el amanecer, allí encontrarás el país de la diversión y felicidad. Solo él te estará esperando para acabar con el capitán Garfio.   Déjate de caminos difíciles, no te entretengas con lobos que no llegan  a ninguna parte. Marca el camino bien, con migas de pan.   No esperes que venga a tu puerta el príncipe azul o el genio de la lámpara. Antes llamaran al timbre ese patito feo  que nunca hiciste caso y  una anciana para ofrecerte el fruto de la tentación.   No te dejes engatusar por Pinocho para edificar una casa de madera,  los tres cerditos tienen más experiencia. Guíate por el interior de las personas y no solo por las apariencias.   No  te pienses que esto es solo un cuento de la vieja.  Sino más bien, la versión de todos los cuentos con moraleja.                                                                                          CRIS ARI

LUCES…

Imagen
Apagamos la luz a sus ojos. Resguardamos palomas detrás del sombrero. Escondimos estrellas, preparando así la oscuridad.   Dejamos de salir al mundo. Nos cerramos en banda. Pero, nos reinventamos entradas en calles desoladas. Sentimos entrañablemente las máscaras de las fachadas.   Reiniciamos juntos la soledad de nuestros pasos. Salpicamos voces en murallas enmudecidas.   Refugiamos magia de lluvia, en nuestros interiores. Valoramos los silencios de nuestro corazón, las miradas y los gestos.   Redactamos cada noche el escenario. Olvidándonos del miedo y de la duda.   Realzamos la mirada en la penumbra. Dejándonos llevar por la locura y las luces de esta ciudad. 

DESORDEN

Imagen
Esta es la historia de un recuerdo apagado  en mi razón. Un desastre con un desorden imperdonable. Tal vez el único en su especie.   De origen mundial y raíces fuera del tiesto. De padre orden y de madre justicia.   Muchos quisieron invadir ese recuerdo, y otros tantos quedaron transformados con tal de esquivarle.   Aunque nadie ha vuelto a verle, yo sé que no es una leyenda. Que sigue latente.   Y sé muy bien dónde puedo encontrarle, a ese que todos llaman desorden.   Dicen que le vieron paseando por las calles abandonadas. Y que luego se perdió por la nada.   Un paisano le contó que le buscaban y en la oscuridad le confundí la mirada.   Desorden se llama. De familia no muy creyente. Justa en su especie y pobre en orden.   Muchos manifiestan que se volvió  loco, otros que llegó su hora. Yo solo digo que cada noche me lo encuentro en mi cuarto y le siguen llamando desorden.

EXPLORA, SUEÑA, DESCUBRE

Imagen
Para, observa. Resiste el peso de tu propio techo. Aunque caiga en migajas. No naufragues peligrosos desiertos. Ni intentes sobrevivir a tus propias opiniones. Navega por pasillos de paisajes. Despeja dudas. Déjate atrapar en otro universo. En estancias cristalinas. En tierra adentro. Oliendo el mar y sintiendo el cielo. Encontrando ruinas entre tus dedos. Arañando como el sol el horizonte. Dejando la piel en cada recoveco. Porque la vida es un instante, y deberíamos gastarla. Ya basta de recoger pinceladas. Cómprate los enteros cuadros. No te quedes en tus mundos, recorre otros. Explora, sueña, descubre. Que a pesar de ser animales de costumbres, lo que importa es cuan alto podemos llegar a saber. Sal de los desiertos sin vida y devora libros. Crea consejos ante tus opiniones. Navega por pantallas llenas de documentales. Admira el reino de lo feroz, el reino animal. Bucea por universos interiores o superiores. No te quedes en la superfi

PERSONAS DE PASO

Imagen
Atrás quedaron las hojas con tanta inspiración. Como el aire acalorado que sentía mi piel. Las imágenes a imprimir quedaron selladas una vez más, en la memoria de mi vista. Imágenes a guardar para toda la vida. En pocas ocasiones, entendemos el manual de nuestras propias alas. Solo sentimos el aliento de nuestra propia paz, el huracán de querer hacer algo nuevo, de nuevo. El tsunami de los distintos retos. Porque será ahí cuando echemos casi toda la carne en el asador. Provocando mil incendios o partiendo el cielo en dos. Dejaran o dejaremos huellas. Sin saberlo, sin esperarlo. Sintiendo la libertad venidera y el final de nuestros primeros pasos. Se provocarán aguas torrenciales, nudos en el corazón. Arcoíris donde florece lo mejor y crece la ilusión. Regalaremos trozos de existencia. Un rincón de lo que éramos. Siendo algo más que nubes en el desierto. Y marionetas de sentimientos. Seremos personas de paso que no midan su vuelo, ni pesen su caída. Personas que aprenderán a

MONSTRUOS OSCUROS Y CLAROS

Imagen
Tenemos la mala costumbre de callar, de guardarnos sentimientos, sensibles, profundos y poco visibles. Recuerdo más de una vez cómo mis ojos y mi retina me han abandonado. Como telarañas han vuelto a ser mi imaginación. Una luz angosta albergaba mi cuarto. Un trozo pequeño de mi ser se sentía protegido. Era criatura sin mucho en qué pensar. Éramos un cristal demasiado mimado. Un regalo sin estrenar. Las sombras jugaban un gran papel. Eran máscaras que ocultaban la verdadera realidad. Era la noche seria, y ya sin una luz, la que daba desconfianza. Tenemos la mala costumbre de tener miedo, de la inseguridad por este mundo de espantajos, por esa llave al final del camino. Ahora, nuestros monstruos oscuros son claros y viven en el más acá. Los dinosaurios se quedan en los libros y en la historia. Y las sombras ya no resultan peligrosas. Una luz casi plena cautiva mi cuarto.  Tengo una conciencia rellena de relámpagos e inquietudes. Soy impresionada por el universo. Somos un cri