PREMONICIÓN
No sé si es un juego del azar,
cosa del destino o de querer escribirlo.
Tan solo necesito que:
Me mires a los ojos,
cuando arranques sueños a los posos del café.
Me leas las palmas de mis manos,
antes de que otros anuncien mi partida.
Necesito que me hipnotices cuando tus ojos
me enseñen que el mundo es de papel.
Y que nuestras vidas son más frágiles
que tu bola negra de cristal.
¡Dime! ¿Por qué tus palabras
no tienen dueño que las quiera entender?
Quiero que me profetices aun sabiendo que tus cartas
pueden equivocarse.
Que me descifres en qué momento
debo plantarle cara a la suerte,
con el número premiado o con historias por enmudecer.
Quiero que me adivines el pensamiento cuando deje de creer en mitos.
Que me hechices cuando me vayas a envenenar
los brindis con tus maldiciones.
Pero antes de pagarte:
Predíceme cuándo crees que bajo mi manga
se encuentra el as de trébol.
Revélame,
el futuro,
aun sabiendo,
que tus trucos,
son baratos.
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