Entradas

DAR SENTIDO AL MUNDO

Imagen
Aquel, que se esconde entre tus mangas,  es ahora el que marca la vida. Aquel, que no para ni el segundero,  es el que da sentido a este mundo de locos. Pues será él quien domine tus cartas en la mesa. Ya que, le obedecerás aunque no quieras. No le dejarás ni a sol ni a sombra. Notarás ser el prisionero del presente, de su presente. Te engancharás a sus costumbres  como si de una droga se tratarse. Y te hará plantearte si el guion necesita comas, o simplemente un cajón donde almacenar tu historia de oro. Será él quien, te replanteará mil veces la forma de ver el mundo, te sacudirá el polvo del pasado y alimentará tu futuro lo mejor que pueda. Porque él,  el tiempo,  curará las heridas,  pero no borrará los recuerdos.

ABRIGAR LA INFANCIA

Imagen
Soy, el que roba celosamente las horas, el tiempo. El que halaga las hojas que se balancean en el columpio de la vida. El que acaricia el baúl que conquistó Peter Pan. Una esponja de sabiduría en invierno y un tesoro de aventuras en verano. El reloj atrasado de castigos o la campana desafinada de salvación. La sirena del patio de todos sus juegos. Las paredes donde no se expone el arte, se da historia. El coleccionista de cromos o el amigo invisible. Soy, el viejo que rejuvenece con la inocencia desparramada.   Soy,         el niño. La niña. La felicidad con mayúsculas. El primer beso o tu canción. El maestro de pasos o el alumno de septiembre. El suspenso asustadizo o el notable deseado. El reino del juego. El as en la música o la clave de sol en deporte. La pintura hippie o el arte libre. El tobogán de jabón. Soy, La libertad y la razón de ser. El dueño de muchas flores y pocas espinas. Soy. El jardín donde se abriga, se cobija, la infancia.

LA HUELLA DEL TIEMPO

Imagen
Algunas veces juego con las siluetas que el humo deja escapar. Le cuento mis secretos al mar. Abandonando mi consciencia de lado. Desactivando mi vida. Olvidando la rutina y viendo el más allá. Pues siento el calor ardiente, dejando caer mis cimientos sobre la arena. Me sumerjo de puntillas en su orilla, y acaricio la libertad que rebosa al ritmo, de cada ola. Admiro otros mundos repletos de sal, que no domino. Respiro el murmuro del silencio, del raro agosto. Donde todo, es un suspiro, en la eternidad. Otras veces en cambio, me refugio en la caverna de mi Platón. Allí encuentro los fuegos, las tormentas literarias, manifestadas de las sombras de los demás. Ya no hay una mirada lejana, donde las olas rompan. Todo resplandece en la retina. Somos un pasado ya, de nuestro presente. Un otoño despojado. Un invento a reinventar reiteradamente. Un espejo en extinción plagado de suturas. Y, un regalo a notar en la huella del tiempo.

HACER MILAGROS

Imagen
El tiempo parte tan veloz, que cuando quiero pensar, vuelve el contador a cero. En mis noches, no corren ni el viento, ni las palabras. Ni siquiera aparecen las musas  a las que silbo y anhelo. Ni se las escucha,  con este fervor que las intimida.   Pero, aquí estoy yo,  al sol del astro, a su luz. Intentando hacer milagros, a final de mes. Encendiéndome una luz inspiradora.  Junto a una cara que vive en sus alturas y me observa.  Agotando toda luz de mi faro en miniatura. Alumbrándome más que los rayos que irradia la luna.  ¿Qué busco esta noche? ¿Qué estoy buscando? A parte de todos estos versos que aún no tienen un final. Cada mundo de mi edificio apaga su luz. Apagan sus días y amanecen sus noches. Porque de lo simple, puede aparecer algo hermoso. Un mar de estrellas que confía en que duermas con ellas. Sombras fantasmagóricas pero inofensivas. Casas que enmudecen ante tal oscuridad. Farolas solitarias que necesitan de un abrazo urgente. Banderas que  se ondean a media 

UN MAR DE EXTRAÑOS

Imagen
Sigo aquí, Ciudad de las estrellas caídas. Ciudad de los abismos arcaicos.  De las escaleras con nudos testarudos. De los recuerdos convertidos en reinos.  De la luz que dejo caer  en los miles de borrones que descompuse de mi alma. Olvido las mil noches del ajeno planeta. Esfumo con incienso todos mis naufragios.  E intento crear mi nave espacial  para volverme a encontrar. No canto al mundo, toco la vida. Toco lo que vivo, escribo mis temporales.  Y ajusto los epígrafes de estas noticias. Recojo a ratos, soledades de eternidades que arden. Garfios anclados en la actualidad. Clavijas oxidadas por las tramas de un bufón.  Pinochos en patios de gobierno.  Y honradas miradas que llevan sus arrebatos dentro. Siembro dudas en interminables rascacielos. Corto el aire, rompo el listón.  Desgarro  letras de cómo entender este anormal mundo. Crezco sin un manual en mano,  lleno de héroes, fantasmas y villanos. Y buceo en este infinito universo.  A contracorriente. Dejándome la vida

PREMONICIÓN

Imagen
No sé si es un juego del azar,  cosa del destino o de querer escribirlo. Tan solo necesito que: Me mires a los ojos,  cuando arranques sueños a los posos del café. Me leas las palmas de mis manos,  antes de que otros anuncien mi partida. Necesito que  me hipnotices cuando tus ojos me enseñen que el mundo es de papel. Y que nuestras vidas son más frágiles que tu bola negra de cristal.   ¡Dime! ¿Por qué tus palabras no tienen dueño que las quiera entender? Quiero  que me profetices aun sabiendo que tus cartas  pueden equivocarse.  Que me descifres en qué momento  debo plantarle  cara a la suerte, con el número premiado o con historias por enmudecer.  Quiero que me adivines el pensamiento cuando deje de creer en mitos. Que me hechices cuando me vayas a envenenar  los brindis con tus maldiciones.  Pero antes de pagarte: Predíceme cuándo crees que bajo mi manga  se encuentra el as de trébol. Revélame,  el futuro, aun sabiendo, que tus trucos,  son baratos.  

EL CUENTO Y LA VERSIÓN

Imagen
¡Hey! ¡Amigo/a! Acuérdate de girar en la segunda estrella a la derecha, volando hasta el amanecer, allí encontrarás el país de la diversión y felicidad. Solo él te estará esperando para acabar con el capitán Garfio.   Déjate de caminos difíciles, no te entretengas con lobos que no llegan  a ninguna parte. Marca el camino bien, con migas de pan.   No esperes que venga a tu puerta el príncipe azul o el genio de la lámpara. Antes llamaran al timbre ese patito feo  que nunca hiciste caso y  una anciana para ofrecerte el fruto de la tentación.   No te dejes engatusar por Pinocho para edificar una casa de madera,  los tres cerditos tienen más experiencia. Guíate por el interior de las personas y no solo por las apariencias.   No  te pienses que esto es solo un cuento de la vieja.  Sino más bien, la versión de todos los cuentos con moraleja.                                                                                          CRIS ARI