Sólamente, soy lo que no ves
Soy
la credibilidad en parte, de un horóscopo.
La captación de los sentidos de mi cuerpo.
La tranquilidad convertida en nervios puros.
Soy,
la que desliza las manos por la cuerda,
dejando que solamente el recorrido vaya destapando
las pestañas de mis ventanas.
Aquella que se desnuda ante las lágrimas del grifo,
arrancando tanto las heridas como los logros.
La que entierra sus pies, casi de bronce, en una pascua nueva.
Soy, marinera entre líneas de conocimiento.
atardeceres de lluvias y borrascas.
Moscas que distraen.
Suelo remar hacia mar adentro, hacia la cúpula divina.
Sumergiéndome bajo rectangulares rosetones que me ilustran lo que es.
Soy
las puertas cerradas de un desordenado armario.
El papeleo incesante en un cuarto.
El tocadiscos de música variada, sonada en mi cabeza.
Los huesos fríos del invierno.
Soy, la alumna de credos y de primaveras.
La mirada centrada en la realidad.
La taza de café o de té, repleta de versos.
La burbuja sin miedo a explotar.
Soy
el humilde telescopio
que no pierde de vista nada.
La niña adulta que descubre la importancia del cuerpo.
La joven que observa el anticuario de los demás.
El borrador abierto para consejos.
y, las pupilas que esconden el sagrario de mi templo.
Solamente, soy, lo que no ves.
Lo que descubrirás.
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